El pasado mes de abril ocurrió en Chile un sismo de magnitud 8.2. Las imágenes que transmitieron los medios sobre el comportamiento de la población chilena fue motivo de admiración y comentarios en Venezuela. Sorprendió el civismo de los chilenos para evacuar las zonas que pudieran resultar afectas en caso de producirse un tsunami.
Fue admirable ver cómo cerca de un millón de personas que habitan en la zona norte costera de ese país desalojaron sus áreas de riesgo en 45 minutos. ¿Cómo se logra esto?, cada institución y cada persona saben qué tienen qué hacer ante estos eventos que ponen en peligro su vida.
El pasado miércoles 8 de mayo de 2014, en la Gaceta Oficial No. 40.406, el Decreto 957 anunció la reestructuración y reorganización de Protección Civil, proceso que se llevará mediante una comisión temporal, integrada por un presidente y cuatro directores principales con sus respectivos suplentes. En entrevista, el viceministro para la Gestión de Riesgo y Protección Civil (VGRPC), Alejandro Liñayo explicó cómo se ejecutará.
-¿Qué supone en la práctica este Decreto?
-Tiene dos aristas importantes. Dos problemas que nos encontramos al llegar al Viceministerio, que demandan una intervención por parte del Estado, para optimizar de manera prospectiva y correctiva la institucionalidad que trabaja esta área. Por un lado lo administrativo (un asunto de forma): organización, métodos y estructura de cargos. Nos encontramos con un ente en mora desde mediados de los años 90. Una institución sin estructura, y en el marco de esa carencia no es posible ubicar los cargos que tienen que estar dentro del aparato. La mayor parte del personal es contratado, con muchos años en esta modalidad; unas 265 personas distribuidas entre la dirección general en Santa Mónica (Caracas), La Carlota (Base Aérea Francisco de Miranda) y la Fuerza de Tarea (que está en diversas regiones del país). Esta es una situación irregular que debe ser saneada. Es fundamental para avanzar en función de lograr cargos claros, niveles y rangos para luego instrumentar. Por otro lado (un asunto de fondo), que es medular, revisar la Protección Civil, sus actividades, procesos y a qué se debe esta institución. En el marco legal queda claro que está organizada solo para atender la gestión de desastres, entendida como un esfuerzo institucional orientado a que todos los actores del país: civiles, militares e institucionales conozcan los escenarios de riesgo del lugar donde están y ante esos escenarios saber cuáles protocolos deben operar. Protección Civil en Venezuela, actualmente, ha “mutado” su razón de ser y se ha convertido en un ente de atención de emergencias; compite en atención pre hospitalaria con otros entes, hace cosas que no están definidas en su marco legal. Queremos una Protección Civil que articule y fortalezca lo institucional y civil a la hora de un evento.
- El Decreto refiere que en un año debe estar concretada esta reingeniería. ¿Quiénes lo harán?, ¿Cómo?
- Hemos instalado una comisión con cinco actores y suplentes que abordarán una serie de temas, entre otros: administrativos, planificación, manejo de personal. Tenemos claro que queremos hacer justicia social; hay funcionarios que trabajan ahí hace años. Y por otra parte, hay que orientar las diferencias que regirá la actuación de los entes de atención de emergencias civiles (Bomberos) y del ente de administración de desastres (Protección Civil). En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela esto está claramente establecido (artículo 332). Con este esfuerzo vamos hacia una estructura que garantice capacidades y mecanismos de articulación ante eventos grandes. Que a la hora de la ocurrencia de una situación de alarma, tanto los actores sociales como los institucionales sepan de qué se les está hablando, de qué manera tienen que responder, cómo y bajo cuáles protocolos. En esta articulación el binomio cívico-militar es fundamental y hemos dado avances con las Regiones Estratégicas para Defensa Integral (REDI), donde se comparten problemas de amenazas comunes. Ejemplo, Redi Los Andes movimiento de masa, sismos, problemas hidrogeológicos; Redi Insular: tsunamis, sismos).
- Esta visión es ambiciosa. ¿Es posible para Venezuela?
- En Chile no hubo durante la evacuación heridos ni accidentes, no tuvieron policías ni militares detrás de la gente, cada persona sabía exactamente qué tenía qué hacer. Como ves, sí es posible. Esto se logra con una gran cantidad de esfuerzo de instituciones atentas, empujando mecanismos y protocolos, engranando con todos los sectores para que en el momento de un evento responda el sistema articulado; es decir, responda la institucionalidad no las instituciones. Ese sistema es el que tenemos que definir y cambiar. Lograr que la población tenga claro que una emergencia es competencia de los bomberos, en este caso responde la institución (Cuerpo de Bomberos). Pero en escenarios de desastres compete a los que están en esa situación, que responderán mejor o peor dependiendo del trabajo previo que se haya hecho con ellos. Por ejemplo, los chilenos han puesto a trabajar a todas las instituciones y sectores en el tema de la protección civil. No tienen ambulancias ni hospitales; garantizan que los entes que responden en cada estado o municipio tengan esos equipos; entonces, a la hora de un evento, el protocolo dirá hacia dónde mover esas piezas.
- ¿Qué fortalezas y debilidades tiene Venezuela para lograr esa ansiada institucionalidad?
Grosso modo tenemos a favor mucha claridad en el Gobierno nacional de que estos procesos se tienen que dar; lo vemos como una meta, no ha sido un desastres quien lo ha determinado.
Hay un alto nivel de consciencia y compromiso con este tema. Trabajos de investigación nos dicen que cerca de tres cuartas partes de la población, no sabe qué hace Protección Civil. Por ejemplo, si un motorizado tiene un accidente la gente no sabe si llamar a Protección Civil o a los bomberos. Otra debilidad es el status quo; este es un mensaje que a algunos actores no les gusta. En los niveles municipales o estadales entienden que se les está quitando poder. Además, tenemos una institucionalidad muy débil para la gestión de desastres. Por ejemplo, el caso de Caracas. Tiene a favor que es una ciudad bien caracterizada en materia de riesgo, producto de un trabajo de años en el que han participado varias instituciones. La pregunta es: ¿lo sabe la gente que vive en Caracas? ¿Será que el caraqueño que está leyendo estas líneas sabe en qué mancha del mapa de riesgo está ubicado? ¿En zona roja, anaranjada, amarilla; qué implican esos colores?, ¿Qué tiene qué hacer él o ella en función de un evento?, ¿Cuándo se va a enterar de que está en un territorio de riesgo?, ¿Cuándo ocurra un desastre?.
Para eso es el trabajo que estamos haciendo, queremos que el ciudadano conozca y socialice con sus escenarios de riesgo. Aquí la Protección Civil tiene la función de articular al ciudadano con los entes que tienen la data y el conocimiento y hacer que se familiarice y aprenda cómo convivir con las dinámicas del territorio que ocupa; y tome medidas correctivas o prospectivas; por ejemplo cuando va a comprar o ha comprado casa.
(Prensa/Mpprijp/2-6-14/Alba Marina Gutiérrez/Fotos: Archivo)
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